La elaboración de esta variedad de té se inicia cuando, al dejar secar las hojas recién recolectadas, se les aplica inmediatamente un tratamiento de calor para detener la fermentación que provoca la descomposición de la hoja. En rigor, las hojas son sometidas a una cocción al vapor y posterior secado al fuego que destruye las enzimas oxidantes y permite que la hoja conserve su color verde. Las hojas luego se extienden y se secan antes de exponerlas a un último fuego. Estos procesos permiten que las hojas mantengan sus aceites naturales y los importantes antioxidantes que ellas poseen.
Los tés verdes son producidos principalmente en China, Japón y Taiwán, donde las diferentes técnicas para frenar la fermentación han logrado una espléndida mecanización que permite que el sabor del té se mantenga fresco como si la hoja estuviese recién cortada.
El de la fotografía es un té verde Sencha con pétalos de rosa.
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